A nadie se le escapa que demasiadas personas utilizan las mascarillas más de lo que sería conveniente para su propia salud y la de los demás, pero en el caso de las mascarillas higiénicas, el tema es mucho más preocupante.

La mascarilla higiénica es una barrera más contra el COVID pero es, sin duda, la menos segura si la comparamos con las mascarillas quirúrgicas y las FFP2. Y un paso más atrás están todavía las mascarillas higiénicas reutilizables mal utilizadas. Desde Disserra queremos invitar a la reflexión sobre las consecuencias de un mal control de las mascarillas higiénicas reutilizables. Estas mascarillas deben ser lavadas cada X horas (la recomendación habitual es de 4h) y eliminadas cada X lavados (la recomendación habitual es de 5 lavados), pero lo cierto es que pocos recuerdan el tiempo total que han llevado la mascarilla y llevan un control riguroso al respecto y mientras tanto, estas acumulan más virus y bacterias que volvemos a ponernos sobre la nariz y la boca una y otra vez.

Citando un par de estudios referidos recientemente por los informativos de Telecinco, obtenemos datos que nos pueden ayudar a tener una idea más clara sobre el problema, como el del estudio que tras entrevistar a 1.000 personas, señala que un 10,6% ha dejado pasar más de dos semanas sin lavar la mascarilla. De media los encuestados han tardado nueve días en lavar la mascarilla reutilizable. Otra estudio señala que 79% de las personas no lava las mascarillas faciales de tela después de cada uso. Un 8% no las lava nunca.

Por todo ello, desde Disserra nos alineamos con la opinión de los expertos que aseguran que las mascarillas higiénicas reutilizables son las menos aconsejables, aun cuando cumplan la norma UNE:UNE 0064, sobre todo cuando tenemos unos niveles de incidencia tan altos. Aconsejamos siempre el uso de mascarillas realmente eficaces y bien utilizadas, algo que sería una enorme ayuda para la erradicación de la pandemia. Basta imaginar el daño que puede causar una persona asintomática con una mascarilla ineficaz.

Queremos reforzar al máximo esta idea por la enorme incidencia que tiene en la transmisión del virus: ni hay que olvidarse de lavar las mascarillas reutilizables, ni hay que caer en la tentación de lavarlas más veces de lo que indique su etiqueta, ni hemos de utilizar más cantidad de detergente o un producto distinto al que nos diga el fabricante, por mucho que nos parezca que desinfecta más. Actuar de esta manera es peligroso tanto para el usuario, como para aquellos que estén a su alrededor pues el efecto protector de los filtros queda inutilizado. No controlar ni desechar las mascarillas cuando han cumplido su ciclo no protege a nadie y nos pone en peligro a todos.