Mascarillas: fundamentales también ante el deterioro del aire (aunque no haya volcán)

Los expertos advierten de que la exposición a gases contaminantes pueden provocar irritación de la mucosa ocular, nasal, faríngea y laríngea, así como tos y espasmo del tracto respiratorio, por lo que aconsejan el uso de mascarilla

Cuando todavía el uso de mascarillas sigue siendo primordial para en control de la pandemia, otro frente informativo ha vuelto a poner de relieve su importancia para proteger nuestra salud si existe riesgo de deterioro del aire. Mientras la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma nos tiene a todos sobrecogidos y preocupados por nuestros compatriotas, y las informaciones nos hablan de la emisión de cenizas y gases tóxicos como son el dióxido de azufre, dióxido de carbono, ácido clorhídrico, mercurio, bromo y arsénico, el uso de la mascarilla se convierte en un artículo más que necesario . 

 

Los expertos advierten de que la exposición a estos gases pueden provocar irritación de la mucosa ocular, nasal, faríngea y laríngea, así como tos y espasmo del tracto respiratorio, si bien el mayor peligro en el caso del volcán lo ocasionan las partículas PM2,5 que quedan en suspensión y que por su tamaño pueden llegar a la sangre ocasionando problemas cardiovasculares e incluso ictus e infartos.

 

Pero ¿qué son las partículas PM 2,5?

La partículas respirables presentes en la atmósfera sobre todo en nuestras ciudades en forma sólida o líquida (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras) se puede dividir, según su tamaño, en dos grupos:

 

  • PM10: las de diámetro igual o inferior a los 10 µm o 10 micrómetros (1 µm corresponde a la milésima parte de un milímetro) 
  • PM2,5: la fracción respirable más pequeña, que tienen un diámetro aerodinámico inferior o igual a los 2,5 micrómetros. Es decir, son 100 veces más delgadas que un cabello humano.

 

Ambos tipos de partículas están presentes en las ciudades debido a la contaminación de los coches, pero también pueden tener un origen natural como el polen, el polvo, la ceniza o el hollín. Las más peligrosas son las compuestas por metales pesados como cobre, cinc o plomo. Sin falta de tener un volcán activo al lado, los efectos de estas partículas en la salud de las personas se asocian a enfermedades de tipo respiratorio, como la bronquitis, y más recientemente parece ser que también a dolencias cardiovasculares. En el caso de las PM2,5, su tamaño hace que sean 100% respirables, por lo que viajan sin problemas hasta el interior de nuestros pulmones, depositándose en los alvéolos pulmonares, pudiendo incluso llegar al torrente sanguíneo y generar otros problemas.

 

¿Cómo podemos protegernos del aire contaminado?


Tenemos soluciones tanto para exteriores como para interiores:

 

Mascarillas: el uso de mascarillas reduce la exposición a la contaminación por partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) en un 43%, según un estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De nuevos las mascarillas FFP2, siempre bien ajustadas, se convierten en protagonistas, pues hay estudios realizados tanto en Japón como en Islandia en poblaciones expuestas durante mucho tiempo a la actividad volcánica que demuestran que los ingresos de pacientes con enfermedades crónicas se multiplicaron por tres y las urgencias se quintuplicaron.

 

Purificadores: los purificadores de aire para interiores seleccionados por Disserra  filtran impurezas y eliminan partículas contaminantes PM10 y PM2.5, así como virus, ácaros, huevos y excreciones, moho, polvo, alérgenos, polen, bacterias, humo de cigarrillo, asbesto, diversos polvos tóxicos y aerosoles del aire, caspa y alérgenos del pelo de perros o gatos. Puede leer más acerca de esto en nuestra entrada monográfica al respecto, aquí . Aportan una calidad de aire importante para todos sobre todo en pandemia, si bien los niños, las personas mayores y quienes padecen enfermedades crónicas respiratorias, alergias y asma quienes corren más peligro ante estas partículas. Nuestros purificadores se están instalando en hospitales, colegios, consultas médicas, gimnasios, laboratorios, oficinas, locales de ocio y hostelería, industrias e incluso en viviendas particulares para garantizar la purificación del aire y eliminar los virus del ambiente. Además, son 100% seguros para las personas y animales presentes en la estancia.

 

 

Si quiere conocer más sobre lo aquí expuesto, no dude en contactar con nosotros en el 974 471 480 o en disserra@disserra.com.


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